Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse Santiago 1:19 RVR1960 #ProntoParaOir, #TardoParaHablar, #TardoParaAirarse, #MinutosConDios, #ReflexionesDiarias

Prontos para oír, y tardos para hablar o airarnos

“Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse”

Santiago 1:19 RVR1960

La expresión oral es la forma de comunicación más antigua que tiene el hombre. Cuando aún no se había creado el lenguaje escrito, ya nos comunicábamos de este modo, y a medida que el ser humano se ha ido desarrollando, esta manera de hacernos entender ha progresado también, y tanto es así que en la actualidad existe la comunicología, que es una carrera que estudia las ciencias de la comunicación estableciéndose esta entre dos o más individuos, en los cuales existe un emisor y un receptor, con un mensaje oral o escrito que es recibido por el segundo, el cual da una respuesta o retroalimentación.

Sin embargo, no necesariamente sucede así en nuestros días. Las personas no somos dadas a escuchar, y a veces comenzamos a hablar antes de terminar de oír lo que nos están diciendo. Al no tener la idea de que se nos quiere decir, se pueden generar malos entendidos, y esto deriva en altercados. Puede suceder que nuestras ideas sobre un tema sean distintas a las de la otra persona, y no ser capaces de escuchar, o en el peor de los casos, hablar sin saber puede tener este mismo resultado. El apóstol Santiago dice: Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse. Hace así un llamado a las personas de su época a estar dispuestas a oír el mensaje de salvación, a escuchar con humildad, sin un espíritu altivo. Continúa diciendo que no sean dados a hablar sin conocimiento de las cosas relacionadas con Dios, ni se apresuren en querer ser maestros o tutores de otros. Finaliza este pasaje hablando de que no se debe uno molestar en un debate o ante las situaciones que vengan en la vida. Los rabinos referían que nos han sido dadas dos orejas, y una sola boca. Sin embargo, la boca opaca la función de aquellas dos. ¿Cuántas veces nos ha sucedido esto? El no saber acerca de algo ha ocasionado que no dejemos hablar a otros. Se nos han acercado con palabras de Dios, y por no saber escuchar lo rechazamos, creemos tener la verdad absoluta, y repetimos lo que otros nos han dicho, sin experimentarlo nosotros mismos. No estamos atentos a que cerramos las puertas a un propósito divino. Y esta mala costumbre de no oír a otros está presente en cualquier área de nuestra vida, discutiendo sin analizar qué hay de bueno en lo que nos dicen. Pero como cristianos no somos diferentes. Queremos ser maestros de cosas que no dominamos, consideramos nuestra opinión superior a la de otros y olvidamos nuestro espíritu de humildad y perdemos la paz.

Recordemos a Santiago antes de acalorarnos por las cosas que nos suceden, escuchemos y pensemos antes de hablar, hablemos antes de discutir. Pero por sobre todas las cosas, guardemos nuestro testimonio como hijos de Dios. ¡El Señor te bendiga!

#ProntoParaOir, #TardoParaHablar, #TardoParaAirarse, #MinutosConDios, #ReflexionesDiarias

Deja un comentario