“El altivo de ánimo suscita contiendas; mas el que confía en Jehová prosperará.”
Proverbios 28:25 RVR1960
En nuestro tránsito por la vida debemos interactuar con todo tipo de personas, pero de ellos, con quien más difícil es de tratar es con las personas arrogantes y altivas. Ellos tienden a jactarse de sus capacidades o posesiones, de sus habilidades o experiencia, mientras tratan a los demás como si fueran superiores o si se les debiera algo porque ellos nos están hablando, haciendo con su proyección que todos alrededor se sientan incómodos.
Al tratar a las personas condescendientemente, apocando o anulando sus aportes y contribuciones, dando a entender que ellos son superiores a los demás, solo logran resultar desagradables a quienes interactúan con ellos, llegando, cuando hay una exposición prolongada a su comportamiento, a generar disputas y que haya conflictos, pues a nadie le gusta ser menospreciado o subestimado. En este pasaje de Proverbios, dice: El altivo de ánimo suscita contiendas; mas el que confía en Jehová prosperará. A veces vemos personas jactanciosas en la iglesia, y terminan teniendo situaciones por su modo de interactuar con los demás. Sin embargo, un creyente, mas que ser alguien altivo, debe tener un carácter humilde, conocedor de que cualquier logro, aun los que implican el uso objetivo de su inteligencia, es propiciado por Dios, y a Él debe cualquier mérito.
Quien tiene a Cristo en el corazón, en vez de jactarse, da gracias a Dios, y en lugar de confiar en su propia inteligencia o sus fuerzas, confía en el Altísimo. De ese modo, mientras los altivos se ocasionan problemas a sí mismos, los cristianos dependemos del Padre Celestial, y por Su guía, tenemos progresos espiritualmente y en nuestra vida cotidiana. No confíes en ti mismo, confía en Dios. ¡El Señor te bendiga!
#ElAltivoDeAnimo, #ElQueConfiaEnDios, #MinutosConDios, #ReflexionesDiarias