Archivo de la etiqueta: Justicia

El que sigue la justicia y la misericordia

“El que sigue la justicia y la misericordia hallará la vida, la justicia y la honra.”

Proverbios 21:21 RVR1960

El camino de los hombres es complejo, modificado por el lugar donde vive, las personas con las que se relaciona, las metas que se traza y la experiencia que tenga. Dependiendo de lo que quiere lograr, comienza a hacer esfuerzos por alcanzar sus objetivos, así estos lo lleven por un sendero escabroso en el que tiene que usar a otros para cumplirlos. Y cada quien obtiene resultados dependiendo de lo que busca.

Hay quienes persiguen el conocimiento, y, sin percatarse, agregan el envanecimiento, y la arrogancia, generando un trato frío con sus semejantes. Otros, poder o dinero, ganando además altanería y prepotencia. Y muchos otros ejemplos pueden agregarse, en los cuales cuando nos enfocamos en nosotros mismos solamente, resulta en un distanciamiento y un trato áspero hacia los demás. Pero hay otros caminos que transitar, y uno de ellos es el que nos propone el autor de los Proverbios, cuando dice: El que sigue la justicia y la misericordia hallará la vida, la justicia y la honra. Siguiendo este camino lo que encontraremos es favor divino y vida eterna. También tenemos el privilegio de caminar de la mano de Dios, mientras el resto de las personas son confundidos por demonios.

Nuestra vida va a estar marcada por la ruta que decidamos transitar. Los resultados que obtendremos durante el transcurso y al final de ese trayecto también estarán acorde a lo que hayamos escogido. Pero hay caminos que llevan a destrucción, y otros a salvación. Meditemos hacia donde estamos dirigiendo nuestros pasos y escojamos un camino de vida. ¡El Señor te bendiga!

#JusticiaYMisericordia, #VidaJusticiaYHonra, #MinutosConDios, #ReflexionesDiarias

Confortando mi alma

“Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.”

Salmos 23:3 RVR1960

Cuando hacemos el mal, siempre existe temor a ser descubiertos, y que tengamos que responder por nuestros actos. Aun cuando se nos puede adormecer la conciencia por la práctica frecuente del pecado, hay noches en las que no se puede conciliar el sueño por la preocupación. Y aunque parezca que no, se está en un sobresalto y una alerta constante. Estamos solos, y debemos velar por nosotros mismos, sin saber de dónde vendrá el golpe, más porque hacemos malas obras.

Pero cuando Dios está con nosotros, es una experiencia totalmente distinta. El salmista refiere: Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Cualquier inquietud, alerta, zozobra, sobresalto con el que vivíamos antes, va desapareciendo. La presencia de Dios restaura y da paz a nuestro espíritu, la manera en que vemos y vivimos se hace bien diferente. Pero más aún, si nos dejamos conducir por Él, nos llevará por caminos de justicia y rectitud, nos llevará a hacer el bien a otros, y a amar a los demás. Se convierte en nuestro guía, y cambiamos nuestra forma de pensar, de actuar, de tratar a las personas. Y todo esto lo hace por amor a nosotros y ser fiel a Sus promesas.

Puede que en este día estés pasando por una situación desesperada. O puede que estés tan adentro en la práctica del pecado, que no sepas cómo salir, en una inquietud constante. Cristo es la solución a cualquiera de los casos. Acércate al Trono de Gracia, y experimentarás la paz que solo Dios puede proporcionar. ¡El Señor te bendiga!

#ConfortaMiAma, #GuiaPorSendaDeJusticia, #MinutosConDios, #ReflexionesDiarias

La disciplina da frutos

“Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.”

Hebreos 12:11 RVR1960

Siempre recordamos con aprehensión cuando nuestros padres nos disciplinaban por alguna mala acción cometida. Nuestra desobediencia nos llevaba a recibir un regaño o castigo, en dependencia de la gravedad del asunto. Y, desde nuestra perspectiva, nos parecía que no nos dejaban ser felices, que nos tenían amargados y demasiado controlados, hasta que crecimos y fuimos padres nosotros.

Cuando nos tocó a nosotros ser padres, entendimos por qué nos disciplinaban. Muchos nos hemos estremecido de miedo por lo que podría haber sucedido a nuestros hijos, pues en su inocencia, no son conocedores de los peligros a los que se exponen. Y entendemos entonces que el padre que no corrige a su hijo, no lo quiere. Un padre indolente solo expone a su descendencia a accidentes o a una personalidad distorsionada. Vemos en este pasaje que se nos dice: Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados. Y verdaderamente, nadie quiere ser castigado. Nos entristece y sentimos que nuestros padres son muy duros. Pero posteriormente en nuestra vida se evidencia la educación que recibimos desde pequeños. Del mismo modo, nos parece excesivo cuando nuestro Padre Celestial nos corrige, pero lo hace para modificar nuestra conducta, y que finalmente, seamos salvos.

Cuando disciplinamos a nuestros hijos, siempre bajo el principio de la mesura y sin excesos, demostramos que nos preocupamos por ellos y los amamos. Cuando Dios nos disciplina, nos considera sus hijos y como tal nos trata. Y en cualquiera de los casos, se obtendrán frutos, unos para que sean mejores personas y no estén expuestos a peligros, otros para salvación y vida eterna. ¡El Señor te bendiga!

#LaDisciplinaNoCausaGozo, #FrutoDeJusticia, #MinutosConDios, #ReflexionesDiarias

Resistiendo el día malo

“Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.”

Efesios 6:13 RVR1960

Un militar que se encuentra en la guerra debe estar equipado y listo para combatir en cada momento del día. Un ataque sorpresivo podría encontrarlo sin su armamento o en condiciones de pelear adecuadamente y esto podría costarle la vida. De ese modo, en la primera línea hasta duermen completamente armados, sin descuidarse nunca. De ese modo debemos comportarnos los cristianos en cada momento de nuestra vida.

Es frecuente el uso de ilustraciones que comparan a los creyentes con soldados. Y es que nos encontramos en un campo de batalla constante, en el que el enemigo no es visible ni podemos aniquilar con nuestras fuerzas. Dependemos para combatir de defensas y armas que solo puede proporcionarnos Dios y que Pablo enfatiza de su necesidad para nosotros al decir: Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Para esta armadura se usa como referencia la que usaban los soldados romanos, compuesta por: Cinturón de la Verdad (Efesios 6:14 A. RVR1960), que era llevado todo el tiempo ya la verdad es imprescindible para alcanzar santificación y liberación; la Coraza de la Justicia (Efesios 6:14 B. RVR1960), esta justicia no es la de los hombres, sino la de Cristo, para guardarnos de acusaciones; el Calzado del Evangelio de la Paz (Efesios 6:15 RVR1960), disposición y presteza para dar a conocer el Evangelio; el Escudo de la Fe (Efesios 6:16 RVR1960), protege de los ataques del maligno para hacernos pecar o dudar de nuestra fe; el Yelmo de la Salvación (Efesios 6:17 A RVR1960), pues en nuestra mente tiene lugar casi todas las batallas, y este traerá certeza de salvación, y claridad de pensamientos; y la Espada del Espíritu (Efesios 6:17 B RVR1960), única arma que puede vencer al enemigo que enfrentamos, la Palabra de Dios.

Para poder resistir los ataques espirituales, la armadura de Dios no puede estar incompleta. No podemos prescindir de ninguno de los elementos que la conforman, y debemos llevarla siempre con nosotros, haciéndonos diestros con su uso diario, y prestos a presentar batalla contra el enemigo que quiere que perdamos nuestra salvación. ¡El Señor te bendiga!

#ArmaduraDeDios, #ResistirElDiaMalo, #MinutosConDios, #ReflexionesDiarias

Dios juzgará el mundo

“Él juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con rectitud.”

Salmos 9:8 RVR1960

El mundo que conocemos se encuentra dividido por cinco continentes y ciento noventa y cinco países, incluyéndose dos que se encuentran clasificados como estados observadores permanentes en las Naciones Unidas. Cada país tiene sus características culturales, de idiosincrasia y religiones, y ninguno se parece a otro. Tienen rasgos inconfundibles e identitarios, una constitución sobre la que están basadas sus leyes, sus costumbres y estructura social.

Algunos de estos países aceptan al Dios revelado en las Sagradas Escrituras, mientras otros persiguen y ejecutan a los cristianos. Mientras unos tienen la Carta Magna basada en los principios bíblicos, otros permiten la adoración, mientras algunos la prohíben. E independiente de cuán sencilla o difícil se les hace la existencia a los que creen en Cristo, y anuncian el Evangelio de Salvación, a todos estos países, de una manera u otra ha llegado el mensaje misionero, y Jesús ha sido anunciado. Y próximo está el momento que es anunciado en este pasaje: Él juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con rectitud. No habrá parcialidad ni injusticia, cada quién será juzgado conforme a sus hechos. Los malvados e impíos pagarán por sus actos perversos, mientras los fieles obtendrán recompensa, aquellos que han permanecido firmes independientemente de los ataques recibidos.

Dios juzgará sobre cada pueblo y nación, y no valdrán las justificaciones, ni los rejuegos legales. Nuestros actos serán expuestos, y dependiendo de cómo hemos obrado, recibiremos recompensa o castigo. El tiempo está cerca. Dejemos de hacer el mal y volvámonos a Dios cuando aún puede ser encontrado. ¡El Señor te bendiga!

#DiosJuzgaraAlMundo, #DiosJuzgaraConJusticia, #MinutosConDios, #ReflexionesDiarias

El camino del impío

“Abominación es a Jehová el camino del impío; mas él ama al que sigue justicia.”

Proverbios 15:9 RVR1960

Las personas que no conocen a Dios se guían por normas morales para determinar lo que está bien y lo que está mal. Sin embargo, la línea de lo correcto o incorrecto se mueve acorde a sus conveniencias o circunstancias, bajo el precepto de que todo es relativo. Esta relatividad hace que lo que se sabe que está mal, puede ser hecho si existen elementos atenuantes. De este modo, cualquier mal puede ser hecho si existen las condiciones para ello.

Es por eso que suelen cometerse atrocidades en aras de un objetivo disfrazado de bien. No importa a cuantos tenga que dañar para mi bienestar y el de mi familia, no importa robar para dejar de pasar hambre, y muchos tantos ejemplos pueden ponerse, hechos sin dudar por las personas que consideran que todo puede ser relativo. Sin embargo, para Dios no existe esa relatividad. Algo está o bien o mal, independientemente de su causa, contexto o circunstancia. Vemos en este pasaje que se nos dice: Abominación es a Jehová el camino del impío; mas él ama al que sigue justicia. Y es que las personas que no tienen a Cristo en sus vidas, justifican sus malas acciones para poder enmudecer la voz de sus conciencias que les grita que lo que hacen no es correcto. Y sus caminos, complots, maquinaciones y procederes resultan repulsivo para Dios que es Santo. Pero el que es capaz de reconocer y obedecer la voz de Dios en sus decisiones y comportamientos, haciendo el bien y lo que es justo, es amado.

Por muy buenas que sean las intenciones, un cristiano sabe que no debe tomar el camino de un impío, y sabe que la línea entre lo bueno y lo malo no es relativa. Actuar con justicia y hacer el bien, bajo la guía de Dios nos permitirá estrechar nuestra relación con Él. ¡Apartémonos del camino de los impíos! ¡El Señor te bendiga!

#AbominacionEsADiosElMal, #DiosAmaALosJustos, #MinutosConDios, #ReflexionesDiarias

En lo que debemos pensar

“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.”

Filipenses 4:8 RVR1960

Los ser humanos siempre tenemos el cerebro en funcionamiento. Nuestros pensamientos se suceden constantemente, y van variando de un tema a otro, propiciando la creatividad, la lógica, coordinación, planificación, previsión, entre otras cosas. No solo fijamos el conocimiento, sino que creamos nuevos saberes. Nuestra vida, la manera en que queremos que nos vean, los logros que queremos alcanzar, hacia donde dirigimos nuestros pasos, las acciones que haremos, todo se gesta en nuestra mente, y mediante nuestros pensamientos se hilvana quienes somos.

Pero del mismo modo en que pensamos cosas que propician nuestro desarrollo personal, también somos invadidos por malas intenciones. Y nuestro lado brutal, nuestras perversidades y las tendencias a la maldad también compiten por reemplazar nuestro curso de pensamiento normal, creándose una batalla interna entre lo que sabemos que debemos hacer y lo que recibimos como influencia externa, además de nuestra propia tendencia a hacer el mal. El apóstol Pablo recomienda a los cristianos: Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto piensen. Sugiere que pensemos en cosas que sirven de provecho, que sean buenas y la mejor manera de hacerlo es someter nuestra mente al control de Dios. Debemos recordar algo, y es que aún nuestros pensamientos más ocultos están expuestos ante Sus ojos, por lo que nuestras intenciones pueden pasar desapercibida a nuestros semejantes, pero no al Altísimo.

Dejarnos llevar por nuestros malos pensamientos puede traer consecuencias nefastas. Es por eso que tenemos que controlar nuestro flujo de pensamientos, censurando y apartando de nuestra mente todo aquello que no nos sirva de beneficio y edificación. Todo lo que sea bueno, que haga el bien y que preferentemente esté relacionado con Dios es lo que debemos pensar. Roguemos al Padre Celestial que nos ayuda a tener el control de nuestra mente, y que pongamos freno a nuestros pensamientos, para ser personas de bien y dar testimonio de Dios al mundo, en lugar de ser presa de nuestros deseos o de demonios. ¡El Señor te bendiga!

#CuidandoLosPensamientos, #PensandoEnLoBueno, #MinutosConDios, #ReflexionesDiarias

El pago a los que atribulan

“Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os atribulan.”

2 Tesalonicenses 1:6 RVR1960

Ser cristianos no es sinónimo de tener una vida sencilla, ni libre de tropiezos, en la cual todo es color de rosa y saldrá a pedir de boca. Por el contrario, se sufre de tropiezos, tribulaciones, persecución, discriminación, humillación, entre otras muchas cosas, causadas no solo por seres espirituales, sino por las personas que nos rodean y no comparten nuestra fe. Muchos llegan a tener dudas, pues no es fácil ver a los inconversos prosperando mientras nosotros nos encontramos constantemente siendo cuestionados o recibiendo ataques, y quienes no resisten se apartan y regresan al mundo, pero todos en algún momento se han preguntado hasta cuando Dios seguirá permitiendo que esa situación contra los creyentes continúe.

Es importante tener en cuenta algo, y es que padecemos tribulación a modo de prueba, la cual Dios nos capacita para soportarlas, y los que no las resisten es porque les falla la fe o la confianza en el Altísimo. Ciertamente las situaciones van haciéndose más difíciles, pero también tienen como objetivo perfeccionarnos y acercarnos a la imagen de Cristo. Sin embargo, ¿qué sucede con los que nos persiguen, atacan, se burlan y constituyen piedra de tropiezo? El apóstol Pablo habla de esto al decir: Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que los atribulan. Nuestro Padre es un Dios de justicia, y nuestros adversarios con sus acciones llenan la medida de su propia culpabilidad, de modo que recibirán lo que sus actos merecen. Es por eso que a los cristianos se nos llama a esperar en la justicia divina, y no actuar nosotros.

El juicio de Dios comienza por la casa, y aunque somos cristianos, tendemos al pecado. Recibimos corrección mediante estas pruebas y tribulaciones actuales, para corregirnos. Pero en el futuro, los que nos encontramos atribulados tendremos reposo, mientras que los que nos atribulan recibirán castigo. No desmaye, ni dude, ni envidie a los impíos. Más bien debemos sentir misericordia por los que nos agreden e interceder por ellos, para que tengan un encuentro con Dios y procedan al arrepentimiento. ¡Dios te bendiga!

#JusticiaDeDios, #PagoALosQueAtribulan, #MinutosConDios, #ReflexionesDiarias

¿A quién obedecemos?

“¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?”

Romanos 6:16 RVR1960

Los inconversos suelen burlarse de los cristianos, al decir que ellos están esclavizados, que no tienen libertad y que están limitados por todo tipo de restricciones en sus vidas. Esta es una de las razones principales de por qué las personas son reacias a entregarse a Cristo, porque no están dispuestas a obedecer determinadas normas y comportamientos. La parte interesante es que los cristianos consideran que los que no han aceptado a Cristo son esclavos del pecado, y que sus propios vicios y deseos carnales los arrastran a someterse a las tinieblas. Entonces, ¿a quién obedecemos realmente?

Hay ocasiones en que tenemos grilletes y somos esclavos de nuestras pasiones y ni siquiera nos damos cuenta. Por mucho que se intente hablar de términos medios en la actualidad, esto verdaderamente no existe, independientemente de nuestras filosofías, retórica o intentos de autoconvencimiento. Hay una de dos, o estás con Dios o con demonios. En el caso del Altísimo, nos sometemos voluntariamente como siervos a Su voluntad, dispuestos a obedecerle como nuestro Señor. Y aunque mucho se ha intentado suavizar el término, no se debe olvidar la naturaleza de nuestra relación, pues hacerlo terminará en que estemos en desobediencia. Sin embargo, por misericordia y la mediación de Cristo, nos trata como a Sus hijos (Gálatas 4:7 RVR1960), aun cuando le debemos todo. Mientras, cuando estamos apartados de Dios, tenemos mucha libertad en el pecado, y ni siquiera tenemos un señor, aparentemente. Sin embargo, nuestros vicios y excesos nos tienen maniatados y enceguecidos bajo el yugo del pecado. Pero hay un resultado final también, como dice Pablo en este pasaje: ¿No saben que si se someten a alguien como esclavos para obedecerle, son esclavos de aquel a quien obedecen, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?

Sea a Dios voluntariamente, o al pecado sin saberlo, siempre estamos sirviendo a alguien. En el pecado solo encontraremos muerte al final, mientras que en la obediencia a Dios encontraremos justicia, que nos conducirá a salvación y vida eterna. Apartados de Cristo, tenemos una existencia en jaula y grilletes de oro con un triste final, con Dios tenemos una existencia en la cual trataremos de perfeccionarnos para vivir con Él por la eternidad. ¿Cuál te parece que es mejor? ¡Dios te bendiga!

#AQuienObedecemos, #PecadoParaMuerte, #ObedienciaParaJusticia, #MinutosConDios, #ReflexionesDiarias

Viviendo justamente

“enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente.”

Tito 2:12 RVR1960

Abandonar hábitos aprendidos a lo largo de nuestra existencia por Cristo es un proceso difícil y que lleva fuerza de voluntad. Cuando nuestra naturaleza pecaminosa se manifiesta y somos cristianos, comienza una lucha entre lo que sabemos que es correcto y lo que la carne nos quiere llevar a hacer. También hay un proceso interno de prueba de fuerzas, en la cual queremos saber si podemos pecar impunemente y Dios estará en la obligación de perdonarnos, porque es amor. De este modo, pretendemos manipular al Altísimo, y algunos quieren vivir una vida de pecado con apariencia de creyentes.

Sucede que Dios no puede ser burlado. Él conoce no solo lo que hacemos, sino lo que pensamos y las intenciones de nuestro corazón. Y la gracia divina (Tito 2:11 RVR1960) es tan completa, que no solo garantiza el camino para la salvación, sino que crea las condiciones para una transformación en nosotros. El apóstol Pablo habla acerca de esto al decir: enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente. Esta enseñanza tiene más carácter de disciplina, como mismo corrige un padre la conducta de un hijo que se porta mal.

Dios tiene a bien darnos el trato de hijos suyos, no solo de complacer nuestras peticiones, sino de rectificar nuestro comportamiento. Es de este modo que nos ayuda a apartarnos del pecado, y nos hace vivir de manera adecuada a la fe que profesamos. Más que dejarnos pecar impunemente, precisamente porque nos ama, nos disciplina para apartarnos de la muerte. ¡Dios te bendiga!

#DejandoDeseosMundanos, #ViviendoJustamente, #MinutosConDios, #ReflexionesDiarias