Archivo de la etiqueta: Cristianos

En esto hemos conocido el amor

“En esto hemos conocido el amor, en que Él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.”

1 Juan 3:16 RVR1960

El amor es uno de los sentimientos más importantes que experimentamos los seres humanos, es nuestro motor impulsor y el que nos mueve en favor de otros. Y hay diversas manifestaciones del amor, entre parejas, familiares, amistades, hacia Dios, cada uno de ellos con un contexto distinto. Sin embargo, gradualmente ha ido disminuyendo tanto en su forma de expresión, como en calidad del sentimiento. Existe mucha frialdad en la actualidad, y es frecuente percibir frivolidad en las personas, como si hubiésemos olvidado lo que es o la importancia de demostrarlo.

La fuente fundamental del amor es Dios. Y es en Él en quien vemos la máxima expresión de este sentimiento desinteresado, dispuesto a darlo todo por nosotros. Juan escribe: En esto hemos conocido el amor, en que Él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. No solo el Altísimo dio a Su Hijo Unigénito por la humanidad, sino que Él murió por nuestros pecados. No demandó nada. No puso condiciones. No averiguó nuestros antecedentes. Solo murió de la forma más cruel para su época y, por amor, nos dio a todos la posibilidad de alcanzar salvación y vida eterna. Estando entre nosotros como hombre, no hizo acepción de personas, tratando a todos con amor fraternal, incluyendo niños, ancianos, enfermos, limitados y los rechazados por la sociedad.

Como mismo Jesucristo dio Su vida por nosotros, debemos estar dispuestos a todo por nuestros hermanos en la fe, y por nuestro prójimo en general, hasta poniendo nuestra vida en juego si es necesario. De este modo, expresamos amor no solo por ellos, sino por Dios, reciprocando lo que antes recibimos, y abandonamos así todo sentimiento que difiera de algo tan genuino y sincero, cuyo origen es el Señor. ¡Dios te bendiga!

#CristoPusoSuVida, #PonerLaVidaPorLosHermanos, #MinutosConDios, #ReflexionesDiarias

Engañándonos a nosotros mismos

“Porque el que se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña.”

Gálatas 6:3 RVR1960

Suele decirse secularmente que una mentira repetida varias veces se convierte en una verdad. Sucede que, luego de que decimos tantas veces algo que es incierto, nosotros mismos llegamos a creérnoslo. Y es que mentimos para mejorar la percepción que tienen las personas de nosotros o enmascarar carencias, resultando en que mentimos para fingir, engañar, aparentar, persuadir o evitar situaciones, estimándose que está presente en el 30% de las interacciones sociales cotidianas.

En la sociedad actual, las personas fingen ser algo que no son con tal de pertenecer a un grupo, de lograr un determinado status social o alcanzar metas trazadas. Muchos tienen una vida de apariencias y su realidad es totalmente diferente de lo que dicen ser. Esto sucede hasta en la iglesia, en la que muchas personas se dicen ser creyentes y sus intenciones y acciones están alejadas de Cristo. Pablo confronta nuestro comportamiento al decir: Porque el que se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña. Y es que a veces existen quienes consideran que con decir que son cristianos y seguir en las mismas acciones mundanas que hacían antes de aceptar a Cristo, e ir un domingo a la iglesia, ya tienen garantizada la salvación.

No nos engañemos. Juzguemos nuestro comportamiento y si somos coherentes con lo que declaramos al mundo que somos. Cuando decimos ser cristianos, estamos dando testimonio de Cristo a los demás. Y si solo es un acto y nuestras acciones son otras, aunque engañemos a todos, al final seremos nosotros los que tendremos un triste final. Seamos genuinos y aprovechemos la oportunidad que Dios nos da para alcanzar la vida eterna. ¡El Señor te bendiga!

#CreerSerAlgo, #Autoengaño, #MinutosConDios, #ReflexionesDiarias

Soportando la exhortación

“Os ruego, hermanos, que soportéis la palabra de exhortación, pues os he escrito brevemente.”

Hebreos 13:22 RVR1960

La manera de corregir a los niños, adolescentes y hasta a adultos de malos comportamientos es llamándolos, y razonando con ellos acerca de sus acciones. Se debe explicar por qué es incorrecto lo que hacen, las consecuencias que esa actuación puede tener para ellos, y tratar de convencerles que cambien. Pero sucede que estamos en lo que se conoce como generación de cristal. Los niveles de susceptibilidad de las personas están muy altos, y, aunque sepan que hacen mal, se ofenden y horrorizan si alguien se los dice.

Este comportamiento es muy frecuente entre los cristianos también. Mientras se predique del amor de Cristo, de su oferta de salvación, la vida de los profetas o los discípulos, todo está bien. Pero cuando se les confronta con un mensaje que expone sus malas obras, que evidencia que están tibios, que se encuentran en pecado y alejados de Dios, o bien se lo adjudican a alguien más diciendo que ese mensaje es para tal o más cuál persona, o, si se sienten aludidos, se ofenden y hasta cambian de templo. El autor de la epístola a los hebreos escribe: Les ruego, hermanos, que soporten la palabra de exhortación, pues les he escrito brevemente. Al los hebreos no estar bajo su asignación, en vez de hablarles con autoridad, lo hace con lo que denomina un ruego suave. Pero no por ello deja de decirles lo que era necesario oír. Y en esto nos confundimos los que escuchamos, porque lo que intenta quien nos confronta mediante las Escrituras es que nos salvemos, no que nos sintamos mal.

La función de un predicador es llevar a las personas Palabra de Dios. Animarnos si estamos decaídos, fortalecernos si estamos débiles, exhortarnos si estamos desanimados, confrontarnos si estamos en pecado. Esto no les reporta nada, solo cumplen con su responsabilidad ante Dios de alertar y ser atalayas. A nosotros nos corresponde ver en cada mensaje qué debe cambiar en nuestras vidas, y, en vez de ofendernos, transformarnos a la imagen de Cristo, pues esto es lo que nos ayudará a ser salvos, no cambiarnos de congregación. ¡El Señor te bendiga!

#SoportarLaExhortacion, #PalabraDeExhortacion, #MinutosConDios, #ReflexionesDiarias

Permaneciendo en la vid

“Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.”

 Juan 15:4 RVR1960

En el reino de las plantas, es impresionante la capacidad de regeneración que poseen. Puede decirse que las ramas de los árboles son similares a las extremidades de una persona, pero mientras si a nosotros se nos corta una extremidad, no nos vuelve a salir, a los árboles no solo sale nuevamente, sino que puede que en el lugar donde fue cortado salgan dos ramas en vez de la que perdió.

Sin embargo, lo que si es cierto es que, aunque la manera de reproducirse sea mediante esquejes, para que llegue a dar frutos tiene que madurar, echar raíces, y convertirse en un árbol fuerte. Durante la última cena de Jesús con sus discípulos, el Mesías les dijo: Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Los pámpanos son los brotes verdes que surgen cuando una yema se desarrolla en una vid y es la estructura encargada de soportar los racimos de uvas, pero si estos son cortados, no tienen modo de recibir la savia vital, por lo que se secará y caerá. Pero un cristiano, separado de Jesús, ¿qué puede hacer? Pierde sentido, razón de ser, y en vez de dar frutos, se seca y muere.

Mantengámonos aferrados a Cristo, pues es nuestro Salvador, y nuestro ejemplo a seguir. De Él obtenemos fuerzas para continuar y esperanzas para vivir un día más. Nunca lo soltemos, y gradualmente se evidenciarán en nosotros los frutos producto a nuestra dependencia. ¡El Señor te bendiga!

#PermanecerEnCristo, #LlevandoFrutos, #MinutosConDios, #ReflexionesDiarias

Ninguno pague mal con mal

“Mirad que ninguno pague a otro mal por mal; antes seguid siempre lo bueno unos para con otros, y para con todos.”

1 Tesalonicenses 5:15 RVR1960

El eje temático de infinidad de películas está basado en la venganza o búsqueda de retribución del protagonista ante un mal que ha ocasionado el antagonista, sea por ocasionar la muerte a alguien cercano, la destrucción de propiedad o una gran humillación. Suele suceder que nos sentimos identificados ante este comportamiento. Nuestra respuesta natural es llenarnos de ira ante algo que percibimos como injusto o inadecuado que sucede con nosotros, y reaccionar a ello.

Ya en la vida real, muchos casos han escalado precisamente por esta reacción, en la que alguien nos hace algo que no nos agrada, y nosotros se lo hacemos de vuelta. Así entramos en una espiral que cada vez incrementa más la gravedad de la situación, llegando a tener consecuencias irreversibles. Sin embargo, Pablo aconseja otra cosa: Miren que ninguno pague a otro mal por mal; antes sigan siempre lo bueno unos para con otros, y para con todos. El énfasis acá es hacer el bien a todos, a los creyentes que pudieron habernos hecho algo, y a los incrédulos. Más que tomar represalias nos llama a hacer el bien, pero antes debemos pasar por el proceso de perdonar y olvidar la mala acción que se nos ha hecho.

Pagar bien por mal es una de las cosas más difíciles que debe hacer un cristiano, pero recordemos que ya Cristo lo hizo por nosotros, al dar Su vida para que seamos salvos mientras solo sabíamos pecar. Nos toca a nosotros seguir Su ejemplo, para mediante nuestro testimonio, alcanzar a los que se pierden. ¡El Señor te bendiga!

#NoPaguenMalConMal, #HacerLoBueno, #MinutosConDios, #ReflexionesDiarias

Estén firmes y retengan la doctrina que han aprendido

“Así que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra.”

2 Tesalonicenses 2:15 RVR1960

La doctrina (lat. doctrīna), es un conjunto de enseñanzas que se basa en un sistema de creencias. Aunquese asocia normalmente a la religión, su concepto abarca la política, la educación, derecho, escuelas de filosofía, entre otros. En el caso del cristianismo, existen varias corrientes doctrinales, basadas en la interpretación de la Biblia, pero sucede que, entre tantas denominaciones, cada quien trae su propia interpretación y basamentos doctrinales.

Ser capaz de discernir entre ellos es complejo, pues a las personas se les acercan diversos creyentes de muchas denominaciones, y dependiendo del nivel de convencimiento que tengan los que hablan, y el nivel de conocimiento de las Sagradas Escrituras de quien oye, muchos pueden ser arrastrados a doctrinas falsas. Y es que hay quienes han interpretado libremente la Biblia para convertirla en una fuente de ingresos utilizando ideas alejadas totalmente de Dios, por lo que debemos tener cuidado y discernimiento acerca de que nos hablan. Pablo aconseja: Así que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra. Nos llama a estar firmes y no a ser movidos como hoja por las olas del mar ante cualquiera que venga a decirnos que su denominación es mejor y ellos si tienen la sana doctrina. Pero nosotros tenemos que tomar acción en ello también. Nos dice que retengamos la doctrina aprendida, por palabra o por carta de ellos. Obviamente, ya los apóstoles no nos escriben a nosotros, pero tenemos sus epístolas en la Biblia. Debemos estudiar nuestra base doctrinal, contrastándola con las Sagradas Escrituras. No podemos conformarnos con lo que nos dicen sin verlo a la luz de la Palabra de Dios y bajo la guía del Espíritu Santo. Y después que estemos claros acerca de lo que creemos y del propósito del Padre para nosotros, seguir firmes.

Nosotros tenemos que estudiar la base doctrinal de nuestra fe contrastada por la Biblia, no es solo responsabilidad de nuestros pastores. Pero también debemos mantenernos firmes en ella, tenerla en nuestra mente y presentar defensa ante los que quieren apartarnos de ella. ¡El Señor te bendiga!

#EstandoFirmes, #ReteniendoLaDoctrina, #MinutosConDios, #ReflexionesDiarias

No se mientan entre ustedes

“No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos.”

Colosenses 3:9 RVR1960

Las mentiras son afirmaciones que hacemos conscientes de que no son verdad, y forma parte de la manera en que interactuamos con las personas en la actualidad. Su uso puede ser motivado por fingir, engañar, aparentar, persuadir, manipular o evitar situaciones. Se miente con mucha frecuencia, sin importar si son adultos o niños, llegando a decirse aproximadamente once mentiras por semana, aún por parte de personas que no acostumbran a ello, ya que se ha convertido en una habilidad social usada por todos, llegando hasta a ponerle el apellido de mentira piadosa para justificar su uso.

Aunque los cristianos saben que mentir es un pecado, se considera a veces como una falta sin menor importancia, olvidando que Dios aborrece a los mentirosos (Proverbios 12:22 RVR1960). Y como característica general, ni siquiera se toma como algo de que arrepentirnos cuando nos presentamos delante del Altísimo en oración. Pero Pablo dice: No se mientan los unos a los otros, habiéndose despojado del viejo hombre con sus hechos. Una de las características conductuales de un creyente es la integridad, y esto implica que cualquier cosa que constituya pecado debe evitarse, no pasarla por alto o ignorarla por considerarla inofensiva. Mentir era algo que hacíamos cuando estábamos en el mundo, ahora que somos nuevas criaturas en Cristo, debemos abandonar los viejos hábitos que teníamos y no retomarlos, más aún cuando sabemos que es algo que Dios detesta.

Como cristianos, damos testimonio de Jesús al mundo, y predicamos que Él es el camino, la verdad y la vida. No podemos ser mentirosos y decir que lo seguimos. Más aun, esto que consideramos insignificante afecta nuestra relación con Dios, y debemos eliminar de nuestra vida todo cuanto nos aleje de Él. Pidámosle una transformación completa para apartarnos de la mentira. ¡El Señor te bendiga!

#NoMientan, #RenovacionCristo, #MinutosConDios, #ReflexionesDiarias

Consuelo por la fe de ustedes

“por ello, hermanos, en medio de toda nuestra necesidad y aflicción fuimos consolados de vosotros por medio de vuestra fe.”

1 Tesalonicenses 3:7 RVR1960

El magisterio es una rama profesional que se encuentra llena de historias conmovedoras de cómo un docente ha tocado e influido en la vida de sus alumnos, haciéndoles abandonar malos hábitos, períodos de depresión, angustia o soledad. Estos niños o adolescentes han guardado con agradecimiento ese acontecimiento que cambió sus vidas, y recuerdan con lágrimas a aquellos que encauzaron sus pasos para hacerlos personas de bien. Sin embargo, un maestro o profesor debe impartir clases a muchos estudiantes a lo largo de su carrera profesional, y le es imposible mantener un seguimiento de cada uno de sus estudiantes, más cuando debe lidiar con nuevos retos a diario.

En una circunstancia similar se encuentran aquellos que han sido usados por Dios para llevar a alguien a los pies de Cristo. Aunque no es una profesión en sí, ni perciben un salario por ello, las personas que han predicado la palabra de Dios a quienes no conocen a Jesús han influido en sus vidas, pero, a diferencia de los maestros, tienen una responsabilidad para con esos recién convertidos y su discipulado. Pablo escribe a los cristianos de la iglesia de Tesalónica: por ello, hermanos, en medio de toda nuestra necesidad y aflicción fuimos consolados de vosotros por medio de vuestra fe. Él había quedado preocupado, pues les predicó y estableció una iglesia allí, ya que había tenido que salir abruptamente por ser perseguido y luego en medio de situaciones tensas con filósofos de Atenas, decidió enviar a Timoteo a saber de ellos. Y en medio de cualquier situación desfavorable, recibir noticias de que ellos perseveraban en lo aprendido, que estaban firmes en la fe, fue un alivio y consuelo. A veces en la iglesia vemos que hay celos porque un recién convertido crece espiritualmente, porque está fortaleciéndose en la fe, y esto, más que causarnos malestar debería alegrarnos, máxime si es resultado de nuestra oración y discipulado.

Nuestro trabajo no termina cuando alguien a quien predicamos acepta a Cristo. Somos responsables de ellos, porque descuidarlos podría hacer que regresaran al mundo. Debemos estar pendientes del crecimiento espiritual de ellos, si están firmes, si tienen algún obstáculo; intercediendo y teniendo del mismo modo motivo de alegría por su madurez en el Evangelio. ¡El Señor te bendiga!

#ResponsabilidadCristiana, #NecesidadYAfliccion, #ConsueloPorSuTestimonio, #MinutosConDios, #ReflexionesDiarias

Protección divina

“El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende.”

Salmos 34:7 RVR1960

Los cristianos, como parte de la sociedad en la que vivimos, somos golpeados por todo tipo de situaciones y dificultades del mismo modo en que sucede con los que no conocen a Cristo. Sin embargo, hay momentos en los que es perceptible la mano de Dios cubriendo a los creyentes, mientras el resto de las personas si son afectados.

El salmista declara: El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende. Como recurso literario, puede usarse esta expresión para relatar la defensa y protección de Dios sobre los que le obedecen. Pero también es literal, puesto que, aunque no es perceptible a simple vista, existen fuerzas opuestas luchando alrededor de nosotros. El pueblo de Israel, en varias ocasiones, vio el poder de Dios al tener la victoria en contra de ejércitos enemigos, y triunfó hasta solo cantando alabanzas (2 Crónicas 20:22 RVR1960). Veían fuerzas desconocidas defendiéndolos del mismo modo en que una respuesta a una oración de Daniel fue retardada (Daniel 10:12-13 RVR1960) por conflictos que no sabían que sucedían a su alrededor. Lo mismo sucede en la actualidad.

Dios no nos deja desamparados. Tenemos defensa contra los enemigos que no podemos percibir, si obedecemos a Dios y no nos apartamos del cerco que Él ha puesto alrededor nuestro. Aférrate y confía en Dios. ¡El Señor te bendiga!

#ProteccionDivina, #ObedienciaADios, #MinutosConDios, #ReflexionesDiarias

Estando en paz con todos

“Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.”

Romanos 12:18 RVR1960

Cuando existe prejuicios o predisposición por parte de una persona hacia otra, cualquier comportamiento puede ser visto de forma negativa. Actuaciones cotidianas, o acciones triviales, pueden ser vistas como ofensivas o provocativas si se ven con esta perspectiva. Se puede generar ánimo de conflicto y la otra persona ni siquiera tener conocimiento de ello.

El apóstol Pablo sugiere: Si es posible, en cuanto dependa de ustedes, estén en paz con todos los hombres. Que seamos cristianos no quiere decir que no seamos dados a viejos hábitos, y aunque nuestro carácter debe ir regenerándose, es un proceso gradual. Cuando nos ofenden, podemos no reaccionar bien, guardar rencor e ir creando una predisposición negativa. A veces, el hecho de que no nos saluden porque esa persona esta distraída o preocupada, puede generar disgusto, dependiendo de nuestros niveles de madurez y susceptibilidad. Por eso el llamado es que mientras dependa de nosotros, estemos en paz y perdonemos. No podemos controlar cómo se comportan otras personas, ni hacer nada para que no nos agredan, ataquen, ofendan o discriminen, pero si podemos modificar nuestro carácter.

Estar en paz con otros no solo nos trae un beneficio físico y anímico al no estar siempre a la defensiva, sino que también ofrece ganancias desde el punto de vista espiritual. Viviremos más sosegados, independientemente de las dificultades, tendremos mejor relación con Dios, y estaremos dando testimonio de la transformación operada en nuestras vidas, además de la presencia del Espíritu Santo en nosotros y la tranquilidad que solo en Cristo podemos tener. Seamos ejemplo ante este mundo en tinieblas. Eso estamos llamados a ser. ¡Dios te bendiga!

#EstadEnPazConTodos, #TestimonioCristiano, #MinutosConDios, #ReflexionesDiarias