¿De dónde vendrá mi socorro?

“Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra.”

Salmos 121:2 RVR1960

La vida de los seres humanos es muy frágil. Por cualquier causa puede terminarse, y nos enfrentamos a disimiles amenazas en el día, que ya vemos como normales debido a su cotidianidad. Y mientras más nos desarrollamos, a más riesgo nos exponemos imperceptiblemente. Aún así, hay situaciones que nos confrontan diariamente, muchas de las cuales suponen un riesgo para nuestra vida o estabilidad, y de muchas sabemos cómo salir indemnes, pero otras son peligros inminentes.

El salmista parece verse ante una situación así, en la que no tiene modo de resolver por sí mismo el problema o amenaza a la que se enfrenta, y en el versículo uno dice: Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? Hay una súplica acá, una búsqueda de ayuda que se manifiesta en la necesidad de intervención externa, pues con sus fuerzas no puede solucionar su dilema. Al alzar los ojos a los montes, se procura socorro, pero ¿De quién? ¿De dioses paganos? ¿De otro ser humano? Así no hallaremos solución alguna. La respuesta le sigue, continuada del por qué: Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra. En Él encontraremos a un Dios todopoderoso, capaz de crear todo cuanto existe, dispuesto a escucharnos y ser nuestro pronto auxilio.

Compartiendo con Dios nuestras preocupaciones y temores, confiando en Su poder y amor por nosotros, experimentaremos Su providencia y cuidado. Nos guardará de peligros y situaciones, haciéndonos salir sin daño de cualquier evento que nos sobrevenga. Solo debemos acudir a la ayuda adecuada. ¡El Señor te bendiga!

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Nada es difícil para Dios

“¡Oh Señor Jehová! he aquí que tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo extendido, ni hay nada que sea difícil para ti.”

Jeremías 32:17 RVR1960

Un tema polémico y que causa escepticismo aún entre los cristianos es que Dios creó el mundo como está relatado en Génesis 1:1-31. Los cristianos creemos que Dios es amor, que entregó a Su Hijo Jesucristo para que fuéramos salvos, y que existe una eternidad; sin embargo, producto a la influencia de los medios, la educación recibida basada en la teoría darwiniana de la evolución de las especies, entre otros tantos aspectos más, ha causado que se crea todo en la Biblia pero que tengamos conflictos en esto. En cierto modo, limitamos el poder de Dios a lo que creemos que puede o no hacer Él.

Vemos en esta porción de Jeremías, que el profeta inicia su oración al Todopoderoso diciéndole: ¡Oh Señor Jehová! he aquí que tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo extendido, ni hay nada que sea difícil para ti. Vemos una declaración y reconocimiento de Su poder, seguido de confianza en que puede hacer cualquier cosa. No hay dudas de que Él es el creador de todo cuanto existe y el que sustenta la vida, sino una afirmación sin dudas. Esto es importante para los creyentes, que sepamos que Dios puede hacer las cosas que necesitamos. Al fallar la certeza de que todo ha sido hecho por Dios, lo consideramos limitado del mismo modo en que lo estamos nosotros. Pero si entendemos que todo cuanto conocemos fue hecho por Él, entonces nos percataremos de que no hay nada imposible para el Creador.

Comienza tu oración con una declaración de la grandeza y poder de Dios, pero hazlo de corazón. Cree que Él puede hacer no que necesitas. Ten fe y confianza de que para Aquel que ha hecho todo cuanto existe con solo el poder de Su palabra, no hay nada difícil ni inalcanzable. Contra Él, ni enfermedad, ni problemas, ni amenazas, ni ataques, ni siquiera la muerte pueden prevalecer. Solo cree en el Altísimo. ¡El Señor te bendiga!

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Tú eres Dios

“Antes que naciesen los montes y formases la tierra y el mundo, desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios.”

Salmos 90:2 RVR1960

Una de las cosas que siempre ha generado mucha polémica y controversia en el entorno eclesiástico y secular es la naturaleza de Dios. Muchos intentan entender al Creador, a la vez que intentan atarlo a las leyes que se cumplen en nuestro universo. Otros, más osados, dicen que Él es solo una invención del hombre.

El salmista declara la preexistencia del Altísimo al decir: Antes de que naciesen los montes y formases la tierra y el mundo, desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios. Se reconoce que antes de que cualquier cosa fuese creada, aun el universo, existía este ser todopoderoso, y que todo fue hecho por Él. Dice que existió y existirá, que es Dios antes del inicio de todo lo que conocemos, y lo seguirá siendo después que todo llegue a su fin. Lo que para nosotros son leyes, fueron Sus designios para el comportamiento adecuado de todo cuanto conocemos. Pero nada de esto es capaz de contener o limitar a Aquel que lo creó. Independientemente de si creemos o no que Él existe, continuará en Su trono, aun si lo intentamos demostrar científicamente o no.

Dios no necesita de nosotros, nosotros necesitamos de Dios. Por amor a la humanidad, un ser de la envergadura de nuestro Padre Celestial, determinó crear las condiciones para que seamos salvos y tengamos vida eterna. Dejemos de refutar si existe o no, y experimentemos Su presencia transformadora en nuestras vidas. Entonces nos daremos cuenta de que tan ciegos hemos estado y cuánto tiempo hemos perdido en negar la existencia de alguien tan importante para la humanidad.

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No hay nada difícil para Dios

“¡Oh Señor Jehová! he aquí que tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo extendido, ni hay nada que sea difícil para ti.”

Jeremías 32:17 RVR1960

Un tema polémico y que causa escepticismo aún entre los cristianos es que Dios creó el mundo como está relatado en Génesis 1:1-31. Los cristianos creemos que Dios es amor, que entregó a Su Hijo Jesucristo para que fuéramos salvos, y que existe una eternidad; sin embargo, producto a la influencia de los medios, la educación recibida basada en la teoría darwiniana de la evolución de las especies, entre otros tantos aspectos más, ha causado que se crea todo en la Biblia pero que tengamos conflictos en esto. En cierto modo, limitamos el poder de Dios a lo que creemos que puede o no hacer Él.

Vemos en esta porción de Jeremías, que el profeta inicia su oración al Todopoderoso diciéndole: ¡Oh Señor Jehová! He aquí que tu hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo extendido, ni hay nada que sea difícil para ti. Vemos una declaración y reconocimiento de Su poder, seguido de confianza en que puede hacer cualquier cosa. No hay dudas de que Él es el creador de todo cuanto existe y el que sustenta la vida, sino una afirmación sin dudas. Esto es importante para los creyentes, que sepamos que Dios puede hacer las cosas que necesitamos. Al fallar la certeza de que todo ha sido hecho por Dios, lo consideramos limitado del mismo modo en que lo estamos nosotros. Pero si entendemos que todo cuanto conocemos fue hecho por Él, entonces nos percataremos de que no hay nada imposible para el Creador.

Comienza tu oración con una declaración de la grandeza y poder de Dios, pero hazlo de corazón. Cree que Él puede hacer no que necesitas. Ten fe y confianza de que para Aquel que ha hecho todo cuanto existe con solo el poder de Su palabra, no hay nada difícil ni inalcanzable. Contra Él, ni enfermedad, ni problemas, ni amenazas, ni ataques, ni siquiera la muerte pueden prevalecer. Solo cree en el Altísimo.

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