“Porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús.”
Filipenses 2:21 RVR1960
Los cristianos decimos que Jesús es nuestro Señor, pero mayoritariamente se dice por tradición, por escuchar a otros decirlo y no porque realmente entendemos lo que implica esto. Hacerlo quiere decir que sometemos cada aspecto de nuestra vida al señorío del Hijo de Dios, y que ningún área está bajo nuestro dominio, sino bajo Su voluntad.
Muchos decimos que queremos que el Mesías tome el control de nuestra vida, pero no estamos dispuestos realmente a ello. Como líder, apóstol y persona con seguidores, Pablo vio las características de los que andaban con él, y por su experiencia, dijo: Porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús. Entre ellos excluía a Timoteo. Pero era conocedor de que pocos creyentes tienen disposición de servir a la causa del Hijo de Dios si tiene que sacrificar bienestar, fama o ganancias. Solo se hace cuando lo que tienen que hacer por Jesús es compatible con lo que quieren hacer ellos mismos. Y esta es una característica arraigada en la iglesia: Dios está en un segundo lugar.
Evitemos priorizar nuestros intereses antes que los de Dios. Él escudriña nuestra mente y conoce nuestras intenciones. Cualquier cosa que sea más importante que Dios se convierte en un obstáculo para nuestro crecimiento espiritual, y nos puede hacer caer en pecado. Busquemos lo que es de Cristo, que es perfecto y bueno para nosotros. ¡El Señor te bendiga!
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