¿Tienes falta de sabiduria?

“Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.”

Santiago 1:5 RVR1960

Las personas somos muy susceptibles a como nos ve la sociedad. Para ser aceptados nos adaptamos a normas y estándares que definen cómo quieren que seamos. Estas normas, que son dictadas por el entorno en el que vivimos y los grupos con los que interactuamos, establecen como debemos ser, como debemos vestir, como debemos comportarnos y que nos debe gustar; pero están diseñadas para definir a la mayoría, sin tener en cuenta las diferencias intrínsecas individuales, las que nos identifican y hacen únicos.

Aspectos como la inteligencia, el coeficiente intelectual, o la disposición académica, pueden hacer que una persona se sienta inferior a otros.

Desde que nacemos, ciertas características nos definen. Algunos desde pequeños tienen habilidades innatas para la música, dibujo, danza. Otros tienen dotes de liderazgo, o son muy inteligentes. ¿Quién da estas habilidades o dotes? Dios tiene un plan para cada uno de nosotros, y desde el vientre de nuestra madre nos da dones y talentos distintos para que podamos ser capaces de llevar a cabo nuestro cometido.

El apóstol Santiago identifica en el versículo 1:5 a Dios como origen y proveedor de la sabiduría. Y nos anima a que, si creemos que nos falta, la pidamos Dios para que nos sea dada. Dice además que Dios la da abundantemente, y sin reproche. No hay deudas parciales, ni pagos por adelantado. Si nos acercamos a Dios confiadamente, y pedimos como un hijo pide a su padre, Él nos dará más de lo que nosotros mismos esperamos. Pero nos dará aún más: la sabiduría de la que habla la Biblia tiene un marcado sentido práctico. No es el conocimiento de libros mediante el cual solo teóricamente conocemos y solo queda en eso, es un conocimiento práctico de saber hacer, de poder realizar las cosas efectivamente y de forma adecuada.

Si consideras que quieres sabiduría, o aún si es otra cosa más ¿te atreves a confiar en Dios?

Deja un comentario